RESUMEN: El desarrollo en CyT es esencial para que el Estado pueda realizar de manera eficaz el diagnóstico, formulación, desarrollo y aplicación de políticas de alto impacto social. Algunos ejemplos de éstas: la lucha contra las "enfermedades de la pobreza", los problemas de marginación e integración social, vivienda, energía, etc. Asimismo, el desarrollo en CyT permitiría consolidar la capacidad para evaluar, negociar, adquirir, adaptar y generar las tecnologías apropiadas. Para esto el país debe contar con un sistema científico-tecnológico integrado, dinámico y eficiente que tambien sea un soporte adecuado para lograr competitividad en la producción de bienes y/o servicios para toda la sociedad. Por lo tanto, la inversión en CyT es fundamental.
El CONICET, institución reconocida por la promoción y ejecución de la ciencia, ahora debe aceptar el desafío de serlo también de la tecnología. Este fue el mensaje que envio el Directorio a todos los miembros de la CICyT y a los que deseen ingresar a la misma. Podría pensarse que esta Carrera del CONICET sólo se refiere a investigación básica. Pues no es así. Desde su creación la actividad del CONICET debía promover y ejecutar la ciencia y tecnología. Sin embargo, quienes tuvieron a su cargo las direcciones del CONICET fueron sesgando la CICyT, dándole prioridad a la investigación básica y olvidando la tecnológica hasta tal punto que era vista como una actividad de segunda categoría que no se debía evaluar.
Cuarenta y ocho (48) años después de la creación del CONICET se ha logrado que, por lo menos formalmente, se consideren como válidos los trabajos en investigación aplicada y tecnológica. Todo investigador o aspirante a serlo, debe exponer todo su trabajo, ya sea investigación básica, aplicada o tecnológica, con igual nivel de detalle para ser valorado del mismo modo. La Carrera del CONICET volvió a ser lo que el legislador imaginó cuando la sancionó. Ahora los investigadores debemos evaluar todos los trabajos realizados, dándole el valor que tiene en y para la sociedad y no persisitir en una actitud que con frecuencia se podría llamar, como lo hacía O. Varsavsky, cientificista.